Ermita de Santa Helena de Rodes

Al lado mismo del monasterio de San Pedro de Rodas se puede visitar este pequeño poblado en el que se levanta la ermita de Santa Helena de Rodes sobre un montículo.

Tiene unas vistas espectaculares sobre el mar de Llançà y Port de la Selva que invitan a quedarse un rato disfrutando de la amplitud panorámica e imaginar cómo debió ser la vida en este poblado, cuando funcionaba a pleno rendimiento.

Es una joya del arte pre románico datado entre los siglos VIII / IX.

Ver las ruinas del poblado que fue abandonado en la Edad Media lleva a pensar lo duro de aquella vida, aislándose en esa montaña, a semejante altura y defendida por una muralla de la que aún se ven las dos puertas que daban acceso al recinto habitado.

Esta maravilla histórica está eclipsada en parte por la magnificencia del monasterio de San Pedro, pero te aconsejo que te acerques y descubras Santa Elena con calma, pues la mayoría de las personas pasan de largo y por eso encontrarás que la visita es muy solitaria, cosa que ayuda a meterse dentro de aquel ambiente de silencio que debió reinar aquí.

Vale la pena leer algo de la historia de la villa antes de visitarla.