El Port de la Selva pueblo

No sabría decir qué es más bonito, si el pueblo Port de la Selva o su inmediato entorno, un paisaje espectacular donde reposan junto al agua las casas blancas, que bien podrían ser barcas blancas amarradas que forman la fachada del pueblo.

Y entre medio, emerge la elegante fachada de la iglesia, también blanca como la nieve, por eso no es de extrañar que se llame Santa María de las Nieves (De les Neus).

Qué hacer en el Port de la Selva

Lo más recomendable es pasear por su magnífico paseo marítimo, que empieza en la playa de la entrada del pueblo, la Platja Gran, una playa tranquila y familiar de aguas frescas y transparentes, donde no suelen haber olas.

Siguiendo por el paseo, irás pasando por diferentes plazas abiertas al mar, donde podrás elegir entre muchas opciones de bares y restaurantes con terrazas con vistas estupendas.

Podrás aventurarte entre las casas de primera línea de mar y los amarres de infinidad de embarcaciones de recreo y algunas de pescadores que dan mucha alegría, sobre todo los meses de verano, con un movimiento constante de barcas entrando y saliendo.

Si continuas, llegarás al puerto deportivo y se puede comer en el Club Náutico o en cualquier terraza con vistas a los amarres.

Desde aquí puedes bajar a las calas del Pas o la de Clisques, muy bonitos rincones entre rocas.

La subida a la iglesia es obligada, pasa entre las rectas calles de ordenado entramado, generalmente paralelas a la costa.

Costa de elevadas montañas tan cercanas al agua que continúan su magnífica masa bajo el agua cayendo en acantilados submarinos.

Y te aconsejo la visión nocturna desde el otro lado de la bahía, al inicio de la carretera de Llançà, donde algún restaurante tiene las mesas orientadas a esta vista nocturna de las luces del pueblo, que se mezclan con la de la luna reflejadas en el mar.

Conoce mejor la playa de les Clisques y Llançà con su paseo marítimo, lugares de baño y calas, y te recomiendo el camino que va de Llançà a Port de la Selva.