Cala d’en Carbassó

Para llegar a la cala d’en Carbassó se ha de caminar un rato, pero es un paseo precioso que vale tanto la pena como la misma cala.

Como a mí me gusta, es tiempo de naturaleza sin ningún contacto con la civilización.

La salida está en el extremo izquierdo de la playa de Garvet, mirando al mar.

Has de meter los pies en el agua e ir avanzando hasta que llegas a la cala de Port Joan, ahí verás un cartel que indica el Camino de Ronda que lleva a Colera.

Es un tramo muy bonito, primero entre pinos sobre el acantilado y luego pasarás bordeando el mar y campos de cultivo.

Esto es fascinante poderlo vivir aún hoy día, porque, así debió ser toda la Costa Brava hasta el auge del turismo, los campos de cultivo conviviendo con la costa, es un lujo que hay que ver.

Cómo es cala d’en Carbassó

La cala es muy pedregosa, pero antes de llegar, a mano derecha, hay una pequeña playita donde podrás entrar fácilmente en el agua para bañarte.

Te recomiendo que primero que vayas al fondo de la cala, ahí verás un hueco en las rocas, a modo de puerta que te da acceso a una zona de rocas.

Isla Grossa desde cala d’en Carbassó

Y otra ubicación imprescindible es cruzar el pequeño estrecho de agua y rocas a pie, porque no cubre, y llegar a la Isla Grossa.

Verás que se asemeja a un gran caracol con unas rocas que le hacen de cuernos.

En la isla hay una mini playa de arena, encontrarás losas semisumergidas muy cómodas para zambullirse y lo mejor es dar la vuelta a pie a toda la isla, es muy fácil y no hay ningún peligro.

Pero te doy dos consejos, solo hay un punto donde te tendrás que meter en el agua, pero apenas de dos metros.

Y el segundo es, tened cuidado con una pareja de gaviotas que tienen su nido por ahí escondido y lo defienden con gritos y vuelos rasantes por encima de las cabezas.

¿Conoces ya playa Garvet y la cala de Port Joan?