Visitar el pueblo San Juan de Torán

En uno de los enclaves más bonitos del Valle de Arán, encerrado entre bosques y altas montañas, aparece en el horizonte elevado un campanario entre varios tejados de pizarra, es San Juan de Torán, un pequeñísimo pueblo que ha conservado la estética de siempre: casas y calles de piedra.

Situado en un estratégico promontorio, el pueblo queda expuesto a la limpia luz del sol durante más horas, de esto te darás cuanta cuando estés subiendo por la carretera que hasta que no estás cerca permanece en sombra, sobre todo los meses fríos, conservando incluso hielo y nieve todo el día.

Pero, de pronto, el pequeño valle se ensancha dejando entrar la luz y ahí es donde se encuentra este puñado de casas.

¿Qué visitar en San Juan de Torán?

Precisamente porque es muy pequeño se visita en poco tiempo, pero eso no es un inconveniente, te recomiendo que hagas la visita lentamente, fundiéndote en el ambiente de paz y tranquilidad que aquí se respira, no hay prisa, ¿para qué?

Disfruta contemplando el entorno, las lejanas montañas nevadas, seguramente te cruzarás con algunas ovejas que van de un lado para otro buscando pastos y si te cruzas con algún vecino estará encantado de poder tener una pequeña conversación contigo.

Y hay una sorpresa, a pesar de su reducido núcleo urbano ¡tiene un restaurante!, es una sorpresa muy grata poder tomar algo en un lugar tan bonito.

En verano montan un toldo y puedes comer en la terraza, es un auténtico privilegio.

Otra sorpresa que no te has de perder es la visita a la iglesia de San Juan, una pequeña joya entre las montañas. Su interior es sencillo, pero justo por esta razón tiene ese encanto especial. Exvotos cuelgan de las paredes como prenda de las gracias recibidas por el santo. El altillo de madera muy antigua le da personalidad al austero interior, es totalmente recomendable.

Muy cerca está el pueblo Bausén, su Bosque de Hayas Carlac y el camino de Lana en Les.

Hay excursiones que salen del pueblo, como la que va al pueblo de Canejan.