¡Sube al Castillo de Llívia y conquista el cielo!

¿Alguna vez has soñado con explorar antiguos castillos y descubrir los secretos de épocas pasadas? Pues prepárate para una increíble aventura en el Castillo de Llívia.

Situado en la cima del Puig del Castell de Llívia, este majestuoso castillo te espera con sus misterios y belleza histórica.

Acompáñame en este apasionante recorrido mientras te cuento cómo llegar y qué maravillas te aguardan en la cima.

En el corazón de la Baja Cerdaña se alza el Castillo de Llívia. Aunque sufrió la destrucción causada por el rey francés Luis XI al finalizar la guerra civil catalana en 1479, algunos restos han resistido el paso del tiempo y dejan imaginarnos cómo fue en su momento.

El camino hacia la cima

La aventura comienza en el aparcamiento trasero de la iglesia de Nuestra Señora de Àngels, en la calle Colomina.

Desde allí, siguiendo las indicaciones hacia el castillo, nos adentramos en un emocionante ascenso.

La ruta, de 2,5 kilómetros y un desnivel de 123 metros, nos llevará aproximadamente 45 minutos completarla.

Aunque no presenta dificultades técnicas, es necesario tener un mínimo de forma física debido a la rapidez con la que se gana altura.

El sendero nos recibe con una inclinación constante y rápidamente nos damos cuenta de que hace zigzag.

Pero aquí viene un truco: en lugar de seguir todo el zigzag, podemos tomar un atajo por otro camino a la izquierda.

Siguiendo la ascensión, llegamos a un camino más ancho, donde cruzamos y continuamos nuestro recorrido.

Murallas y vistas panorámicas

El camino se vuelve más inclinado, pero, aún así, sigue siendo agradable y fácil de transitar.

Al final de este sendero, nos encontramos con piedras apiladas y una bandera.

Giramos a la izquierda y continuamos por un camino más amplio que nos lleva directamente a las murallas que rodean el castillo.

Es en este punto donde nuestras vistas se expanden, y podemos contemplar Llívia y el valle de Cerdaña en todo su esplendor.

Una vez dentro de las murallas, continuamos avanzando y pronto nos encontramos con un cruce de caminos. Uno sigue pegado a la muralla, mientras que el otro transcurre en una posición más elevada.

Tomamos el camino elevado, que discurre en paralelo a la muralla, aproximadamente 130 metros.

Al final de la muralla, giramos a la derecha y seguimos el camino hacia el castillo.

Finalmente, llegamos al castillo a través de una pasarela de hierro que evita el foso que lo rodeaba.

En su interior, encontramos plataformas que nos permiten acceder a las cuatro torres, cada una de ellas con paneles que nos cuentan la historia más relevante del castillo.

Tómate un momento para imaginar cómo sería la vida en aquella época mientras exploras este fascinante lugar y disfrutas de las impresionantes vistas panorámicas.