Playa de la Gola al atardecer

Te parecerá imposible si te digo que en pleno verano puedes cumplir el deseo de cualquier soñador de poder estar en una isla desierta por la Polinesia o Caribe, pero ¡sin salir del Alto Ampurdán!

Después de poner cara de interrogante incrédulo… te muestro estas fotografías como prueba a mi alusión.

Este paraíso está a tu alcance, más de lo que te puedas imaginar, se llama Playa de la Gola y está en la Bahía de Rosas.

Cuándo ir a la playa de la Gola

La experiencia hay que vivirla a última hora, para poder ver desde aquí la puesta de sol por detrás de la montaña fronteriza de Las Salinas.

Sí, también puedes ir de día, pero tendrás que compartir la playa con deportistas del Kite Surf que colorean los cielos con sus enormes cometas.

Yo te recomiendo la hora del crepúsculo, cuando hay ambiente relajado, de temperatura suave, color anaranjado y silencio.

Estremece entrar en la playa solitaria, no sabes muy bien por dónde empezar, todo es para ti, un espacio grande y libre. Que apenas se rompe con el paso de algún pescador o unos corredores de rompeolas, quizás también de alguna gaviota curiosa que te ha divisado y espera poder encontrar algo de comida.

A estas horas la arena está templada, ya casi fresca, es un placer caminar rompiendo las pequeñas ondulaciones que el viento ha creado, como surcos de un inmenso peine que alguien ha pasado sobre la playa para recibirte con buena presencia.

Una caseta de vigilancia se impone con su colorido estridente y plantas costeras estabilizan las dunas ante la insistencia de la tramontana que todo lo mueve.

Y en este pasear sosegado del crepúsculo, hallarás esculturas naturales de troncos dispersas por el arenal, iluminadas como en una exposición de arte contemporáneo.

La playa se encuentra en Sant Pere Pescador, en una zona llena de campings, si quieres irte de aventura te recomiendo leer más sobre los campings La Ballena Alegre y Las Dunas.