Cadaqués, pueblo

Una de las grandes cosas que ha preservado a Cadaqués tal como es, ha sido estar arrinconado en una preciosa zona de la costa por grandes montañas que lo guardan y protegen.

Se llega mediante una carretera larga de curvas que sube la montaña para volver a bajarla como única vía asfaltada para los vehículos.

Ya desde la parte más alta, antes de iniciar la bajada, se intuye lo que poco a poco se irá haciendo más evidente a medida que van pasando las curvas, sin duda estamos llegando a un lugar bellísimo y muy especial.

Cadaqués, precioso pueblo

Pero te advierto una cosa, has de ir preparado para poder retener tantos rincones, calles, playas, casas y todo el entorno paisajístico en general de una belleza enorme.

Durante todo el tiempo que estés paseando te sorprenderá que, si te ha gustado lo que has visto, lo siguiente lo superará.

Si has dejado el coche en al aparcamiento de detrás del pueblo, te sugiero que vayas directamente a meterte por las callejuelas de detrás de la iglesia de Santa María de Cadaqués.

Empieza perdiéndote por el laberinto de calles, pasajes y placitas, camina sin rumbo y déjate sorprender.

Después baja al paseo marítimo e investiga el lado derecho y el izquierdo, donde hay menos gente, pero la belleza no decae.

El arte de Cadaqués

Por las calles se respira lo que siempre ha tenido Cadaqués, un vínculo muy fuerte con el arte, así que no es de extrañar encontrarse con pintores por las calles, decoraciones que recuerdan al gran Dalí y galerías de arte dando vida a un pueblo que durante muchos años ha acogido entre su gente a grandes personajes de todas las disciplinas artísticas.

En otro plan también te hablo del interior de Cadaqués, conoce también las playas Portlligat y Sa Conca.