Santuario de la Salut y Ermita de Santa Magdalena

Desde la Junquera, una carretera comarcal muy bonita te lleva al Santuari de la Mare de Déu de la Salut – Terrades.

Es un santuario colgado arriba de la montaña arropado de grandes extensiones de bosque y bajo los peñascos que aúpan a la ermita de Santa Magdalena.

Son dos, por lo tanto, los lugares a visitar.

Comprenderás enseguida por qué eligieron este lugar para construir un santuario, pues la paz que se respira encoge el corazón en la frescura que aporta la altura y la abundante vegetación.

Comida en el Santuario de la Mare de Déu de la Salut

La iglesia es sencilla y suele estar abierta para visitarla, también vale la pena dar una vuelta por las diferentes terrazas que hay, en donde encontrarás varias mesas y bancos de piedra bajo los árboles para hacer picnic.

Hay otras mesas grandes para compartir en el aparcamiento del fondo, pero las que te recomiendo son dos que están un poco más alejadas, al fondo, a la derecha, detrás de una valla de madera, estas son las mejores por las vistas panorámicas que tienen delante sobre el pantano de Boadella.

Comer aquí tiene más valor que un buen restaurante.

Una vez hayas reconocido todo el lugar te propongo que hagas un poco de ejercicio y subas caminando a la ermita de Santa Magdalena.

La subida es por un camino fácil hasta un punto que se convierte en un sendero pedregoso y con desnivel, aquí empieza donde pondrás a prueba tu estado físico.

No es que sea difícil, pero se suda.

La Ermita de Santa Magdalena

Una vez en la ermita lo primero que te va a llamar la atención son las sobrecogedoras vistas en todas las direcciones, pero, sobre todo, sobre el pantano de Boadella.

Desde aquí se puede ver toda su extensión y majestuosidad, aunque es un pequeño mar azul celeste en medio de un océano verde de bosque.

La ermita suele estar abierta y bien cuidada, cosa que se agradece cuando llegas cansado y sudoroso para poder entrar y sentarse un rato en el fresco interior.

Esta está construida sobre rocas y al borde de un precipicio, así que si tienes vértigo no te asomes mucho porque la caída es impresionante.

Te recomiendo que subas por la tarde y disfrutes de la puesta de sol, es indescriptible la belleza del momento, llévate bebida y algo de comer, siéntate en una de las rocas con los pies colgando al vacío y disfruta un buen rato, lo recordarás para siempre.

A tan solo 20 minutos en coche se encuentra el pantano de Boadella, Darnius.

Si te gustaría visitar más iglesias antiguas en plena naturaleza te recomiendo el entorno de Albanyà.