San Vicente de la Sonsierra, un encanto oculto

San Vicente de la Sonsierra no solo destaca por sus vinos, sino también por su rica historia y paisajes de ensueño.

Por qué visitar San Vicente de la Sonsierra

Este pueblo no es solo vino; su castillo medieval y la iglesia de Santa María la Mayor son testigos de la historia viva de la región.

Pasear por sus calles te transportará a otra época.

Te recomiendo que visitas el castillo, ya que ofrece no solo una lección de historia, sino también vistas panorámicas del Ebro y los viñedos circundantes.

San Vicente de la Sonsierra posee un rico patrimonio artístico que se refleja en sus numerosos monumentos y sitios arqueológicos.

La Ermita de Santa María de la Piscina, una joya del románico, y las necrópolis antropomorfas son destacados ejemplos.

El pueblo también es conocido por sus lagares rupestres y guardaviñas, tradicionales construcciones vinculadas a la cultura del vino.

Este conjunto de arte y arquitectura atrae a visitantes interesados en la historia y la vinicultura.

Tradiciones de San Vicente de la Sonsierra

En San Vicente de la Sonsierra, las tradiciones son el alma del pueblo. Destaca la de «Los Picaos», una cofradía que realiza actos de penitencia únicos en la Semana Santa, ¡una costumbre que se mantiene desde el siglo XVI!

Además, no te puedes perder al Grupo de Danzas «Sonsierra», que anima las calles con bailes típicos usando barras, castañuelas y cintas, ¡todo un espectáculo!

Naturaleza de San Vicente

San Vicente de la Sonsierra ofrece un entorno natural impresionante.

Aquí puedes explorar el Área Recreativa Entrepuentes, perfecta para un picnic o simplemente para disfrutar del río Ebro.

No te pierdas los Senderos del Vino, que te llevarán por hermosos paisajes entre viñedos, ermitas y necrópolis.

Si te gusta la vista panorámica, el Mirador de la Torre Mayor y el Mirador de la Sonsierra son paradas obligatorias, ofreciendo vistas espectaculares del valle y la Sierra de la Demanda.