Asturias es una región que sorprende a todo viajero por su naturaleza desbordante y su historia impregnada en cada rincón.
Y si hay un lugar donde ambos elementos se entrelazan a la perfección, es en Covadonga. Con su majestuosa Basílica y los icónicos Lagos de Covadonga, este paraje en el corazón de los Picos de Europa es una visita obligada.
Dominando el paisaje con sus imponentes torres, la Basílica de Covadonga es uno de los símbolos de Asturias. Este templo neorrománico de color rosado, construido a finales del siglo XIX, está dedicado a la Virgen de Covadonga, patrona de la región. Pero lo que realmente da misticismo a este lugar es la historia que alberga. Según la tradición, aquí fue donde el rey Don Pelayo lideró la batalla que marcó el inicio de la Reconquista, un evento clave en la historia de España.
Si te adentras en los alrededores, encontrarás pequeños senderos que te llevarán a miradores menos conocidos con vistas espectaculares de la Basílica y el valle.
Junto a la Basílica se encuentra la Cueva de la Virgen de Covadonga, un pequeño santuario enclavado en la roca que alberga la imagen de la Virgen. Este lugar, considerado sagrado por los asturianos, tiene un encanto especial, especialmente por la cascada que cae justo debajo de la cueva, creando un ambiente de paz y serenidad. Los locales suelen acudir a este santuario para pedir favores o simplemente disfrutar de un momento de reflexión.
El agua que corre bajo la cueva es famosa entre los asturianos por su pureza, y muchos la consideran milagrosa. Si llevas una botella vacía, podrás llenarla directamente de la fuente y llevarte un pedacito de Covadonga contigo.
Si la Basílica impresiona, los Lagos de Covadonga te dejarán sin palabras. A solo unos kilómetros de la Basílica, estos lagos glaciares están rodeados por montañas y prados verdes que parecen sacados de un cuento. Son dos los principales lagos que puedes visitar, el Lago Enol y el Lago Ercina, ambos con aguas cristalinas que reflejan el cielo y las montañas de manera impresionante.
Para disfrutar de este paraíso, muchos turistas optan por subir en coche, pero si el clima lo permite, aprovecha las primeras horas de la mañana o el final de la tarde para evitar las horas de mayor afluencia. Además, los más aventureros pueden optar por subir caminando o en bicicleta. El esfuerzo vale la pena, ya que las vistas desde lo alto son inigualables.
Si tienes ganas de explorar más allá de los lagos, puedes hacer la Ruta de los Pastores, una caminata que te lleva por antiguos caminos usados por los pastores de la zona y que te permite descubrir los refugios de piedra tradicionales.
Una alternativa para llegar a los lagos es usar los autobuses lanzadera que salen de Cangas de Onís y que te dejarán directamente en la cima.
Aritz, natural de Irún y experto local en el País Vasco
Dirección Basílica de Santa María la Real de Covadonga., Covadonga, Cangas de Onís, España
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