Gorg de Can Bartolí

El camino que te lleva a la poza Gorg de Can Bartolí transcurre por el bosque y por algún campo de cultivo.

Cuando ya te vas acercando al gorg te encuentras con remansos del río dignos de un buen cuadro por su belleza.

Un gorg en catalán es una poza de río donde la profundidad es mayor que en otros tramos y la velocidad del agua es muy reducida, asemejándose a un lago.

Descanso y chapuzón en el Gorg de Can Bartolí

Hay muchos gorgs que están metidos en gargantas profundas y casi siempre en sombra, pero éste es muy abierto en medio de un bosque mediterráneo, la luz lo invade todo y es una delicia bañarse rodeado de tanta vegetación.

Hay una pequeña playa que tiene sombra, es la única sombra que hay al lado del agua, así que es el sitio ideal para pasar unas horas.

El resto del espacio lo ocupa una masa de roca redondeada, donde también te puedes acomodar fácilmente.

En verano el nivel del agua está un poco más bajo de lo normal, pero no hay ningún problema para poder darte un buen chapuzón y nadar.

Como lo hacían y lo siguen haciendo los vecinos de la zona y del pueblo de Lladó, cuando se quieren refrescar, pero no quieren ir a la playa, se bañan en el gorg. Este remedio es muy bueno y cercano.

Si tienes la suerte de estar solo, te recomiendo una siesta en la sombra de la playa.

El silencio es casi absoluto, solo interrumpido por el piar de algún pájaro, y quizás, por el viento silbando en los pinos.

Alternativa al Gorg de Can Bartolí

Pero si al llegar al gorg hay gente y tú ibas con esas ganas de paz y quietud, hay una alternativa.

A la derecha de la poza, a unos pocos metros, en donde hay unas losas de roca a modo de camino romano, podrás instalarte a la sombra sobre un tramo del río; este sitio es también de especial belleza.

Muy cerca del gorg puedes visitar también la Ermita dels Apóstols.

El gorg se encuentra a 25 minutos en coche tanto de Figueres, donde puedes visitar el museo de Dalí, como del pueblo medieval Besalú.