Si te encuentras en el País Vasco a principios de noviembre, tienes una oportunidad única de disfrutar de una tradición dulce y poco conocida: los buñuelos de viento y los huesos de santo.
Aunque el Día de Todos los Santos es una celebración religiosa que se vive con solemnidad, también es un momento en el que las pastelerías se llenan de estos deliciosos postres que no puedes perderte.
Los buñuelos de viento son una auténtica delicia que aparece cada año por estas fechas. Se trata de pequeñas bolitas de masa frita que, al cocinarlas, se inflan y quedan huecas por dentro, de ahí su nombre. En el País Vasco, es tradición rellenarlos de crema pastelera, nata, o incluso chocolate, aunque algunos lugares más tradicionales los sirven sencillos, solo espolvoreados con azúcar.
Un consejo local que pocos conocen es visitar las pastelerías más antiguas del casco viejo de Bilbao o San Sebastián. La Pastelería Arrese, en Bilbao, es famosa por sus buñuelos, y si tienes suerte, puedes probar versiones menos habituales con sabores como la frambuesa o el café. Es el lugar ideal para comprar un surtido y disfrutar de estos dulces mientras paseas por las calles de la ciudad.
Los huesos de santo, por otro lado, son cilindros de mazapán rellenos de dulce de yema, aunque algunas versiones modernas también incluyen chocolate o frutas. Su apariencia puede parecer algo peculiar, pero su sabor es todo lo contrario. Aunque esta tradición es común en varias partes de España, en el País Vasco se preparan con un toque especial, y es típico que se consuman en familia para recordar a los seres queridos que ya no están.
Un buen lugar para encontrarlos es en Vitoria-Gasteiz, donde las pastelerías del centro suelen ofrecer una amplia variedad de huesos de santo. Si quieres probar algo diferente, visita la pastelería Goxua, donde preparan versiones artesanales con ingredientes de la región. ¡No te vayas sin probar su versión de chocolate!
En el País Vasco, el Día de Todos los Santos tiene una fuerte carga simbólica. Es un día en el que las familias visitan los cementerios para honrar a sus seres queridos fallecidos, pero también es un momento para disfrutar de los productos típicos de la época. Muchos locales acuden a las panaderías y pastelerías con antelación para asegurarse de tener buñuelos y huesos de santo frescos en casa.
Si quieres vivir la experiencia completa, te recomiendo visitar algún mercado local, como el de Ordizia o Tolosa, donde además de estos dulces, puedes encontrar productos típicos de otoño como castañas, nueces y membrillos.
Estos mercados, llenos de vida, son un punto de encuentro para los locales en estas fechas y te permitirán conocer la esencia más auténtica de las tradiciones vascas.
Si te gusta salir de las rutas más turísticas, un consejo que pocos conocen es buscar los buñuelos y huesos de santo en las pequeñas panaderías rurales, especialmente en pueblos cercanos a la costa o a los parques naturales. En muchos de estos lugares, las recetas se han transmitido de generación en generación, y puedes encontrar versiones caseras que no verás en las ciudades.
En otoño se celebra también la fiesta de Santo Tomás.
Aritz, natural de Irún y experto local en el País Vasco
Dirección Pastelería Arrese 1852, Gran Vía de Don Diego López de Haro, Bilbao, España
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