Calas Calitjás

Hay rincones tan deseados que no es posible compartir porque pierden todo su encanto, como sucede con las calas Calitjás.

Gran parte del interés que tienen este par de calitas, que están una a continuación de la otra, es poder estar solo con quien quieras estar, pero solos.

Te aconsejo que, una vez que estés en la playa de La Pelosa, cojas el camino de ronda y te acerques a este par de calas, y si no hay nadie, bajes y hagas posesión de ella.

Disfrútala a tus anchas, es como si fuese tu cala particular.

La otra parte del interés es, por supuesto, la belleza del entorno, sus aguas de colores azulados y transparentes coronadas por pinos de verde intenso.

El entorno de las Calas Calitjás

Investiga por las rocas y encontrarás zonas bellísimas, terrazas naturales donde sentarte con los pies en el agua y quedarte un buen rato disfrutando del sonido del mar y del viento refrescante de las marinadas del mediodía.

Báñate en el azul profundo de unas aguas frescas entre las rocas cubiertas de algas ocres y amarillas.

¿Cuándo ir a Calas Calitjás?

Para poder disfrutar de un entorno así vale la pena llegar temprano o tener suerte de encontrar las calas sin nadie.

Es un lujo que no es tan difícil de conseguir y la recompensa merece cualquier esfuerzo.

De todas formas, cualquier rincón por las rocas también está más que bien.

Además, también el camino de ronda es una buena experiencia para hacer, es fácil y corto, pero intenso en belleza.

Otra recóndita cala es la de Cap Norfeu.

Si te apetece ir de excursión te recomiendo subir al pico de la Morisca.