Aunque el aspecto de Cala Mateua es muy salvaje por lo agreste que es, esto queda como una anécdota cuando miras detrás de la cala y ves las edificaciones.
Aun así, la cala es de una belleza grande y queda suavizada por los pinos que asoman desde arriba del acantilado como vigilando a los bañistas.
Ahí arriba es donde hay un mirador espectacular al que vale la pena subir y quedarse un rato contemplando este pedacito de Mediterráneo.
Para llegar a la zona más plana tendrás que ir sorteando los pedruscos que invaden el comienzo de la cala, tú sigue que vale la pena la recompensa.
Está claro que es imprescindible llevar calzado de agua si no quieres dormir con los pies doloridos.
La visión desde la cala es espectacular, las edificaciones quedan ocultas tras el terraplén y los árboles, y sí, aquí abajo da la sensación de una cala salvaje.
Toda esta belleza queda rematada por la imponente Isla Mateua que, a modo de espigón natural, protege la cala.
Mirando la isla con el pensamiento distraído podrás ver en esa mole rocosa un ballenato varado en las aguas poco profundas, e incluso podrás ver algún aventurero que se atreve a subir a sus lomos y caminar.
Muy cerca hay diferentes opciones para visitar, está la playa de Montgó, l’Escala y la Cova de la Sal.
Albert, natural de Cap de Begur y nuestro experto local en la Costa Brava
Dónde comer cerca
Hay un bar restaurante sobre el terraplén con unas vistas increíbles de la Bahía de Rosas.
Dónde dejar el coche
No es difícil encontrar algún sitio para aparcar el coche por alguna calle de la urbanización, y es gratuito.
Dirección Illa Mateua, L'Escala, España
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